jueves, 5 de octubre de 2017

El caudal de las Operaciones I - El Río

El caudal de las Operaciones I - El Río
A lo largo de estos años, he ido dándole forma a una idea acerca de la manera de interpretar las Operaciones Logísticas. Y sobre todo como construir una relación con ellas. Dando clase compartí en varias ocasiones, con el equipo de alumnos este sentimiento que desarrolle a lo largo de mi vida laboral. 




Y en mi adultez de experiencia, el también alcanzo su madures. Voy a compartir con Uds. mi sentir y parecer, espero sea de agradable lectura.

Todos los causes de agua tienen un ritmo.
Lo primero para analizar es cuan rápido se mueve el caudal de nuestro río(1). Para determinar la envergadura de las naves(2) con las que deberé surcarlo, y no menos importante, calidad y cantidad de tripulación(3).

1. El caudal de nuestro río.

Están realmente cuantificadas mis Operaciones, entiendo cuales dejan dinero, cuales son políticas y con cuales pierdo capital. Que volúmenes reales manejo interna y externamente. No son lo mismo 100 cajas palletizadas, que 100 para palletizar. No es igual la carga de unidades con el soporte de herramientas y maquinas conforme al material, que hacerlo con buena voluntad. Correr dentro de la rueda operativa, estar En la Rueda del Hamster, no contribuye. Se debe tomar cierta distancia para realmente poder medir y encontrar la métrica de nuestra operación y así crear un orden. 


Se debe dedicar tiempo de calidad y no pensar en la Operación. Sino que PENSAR LA OPERACIÓN.  En criollo, no hacer sino hacer que se haga. Muchos buenos nadadores se ahogaron por subestimar al Río y muchos gerentes hundieron a su flota por subestimar su operación. Saber mucho de teoría no garantiza resultados en la operación, aplicar la teoría a la practica diaria desarrolla esa relación que debe existir entre el Logístico y su Operación. Podemos seguir enumerando items y cuestiones de diferenciación.

2. Envergadura de las naves.

He visto desde la vera del Río, muchas empresas que se largaron a el con naves que no son las ideales. Y no pasa por cuestiones de costo aquí, sino de decisiones apuradas, que fueron revisadas desde la teoría, sin la opinión de los que reman y manejan las velas. O sea la tripulación que usara la nave. Ejemplo: una empresa de paquetería de nivel nacional, que ahora mueve todo en pallet y sus unidades no son todo lo útiles que podrían ser considerando el precio de ese vehículo. En criollo, una Ferrari de remis, hermosa SI, pero carga poco y es muy cara.  


Por el contrario, subestimando la medida de servicio que esta a dispuesto a aceptar el cliente. En relación con tiempo, capacidad y condiciones de transportación, tenemos a este marinero: el contrata lo que le cae en su vereda que valga menos de lo mínimo que el quiere pagar. 

Si analizar que algo mas acorde a lo que que hace le mejore los costos, los tiempos, la relación con clientes, y por supuesto: Su imagen. 

3. Calidad y cantidad de tripulación.

Parte de entender la operación es saber cuanta gente ayuda a conducir el barco. Cuantos reman, cuantos gritan las ordenes del capitán, cuantos entienden y transmiten las ordenes del capitán. Y por supuesto según el tamaño del barco (que debe guardar relación con el Río), sera la cantidad de capitanes y por sus niveles de decisión, debería haber un almirante coordinado la visión.  





En esta primera charla nos quedamos aquí, quiero resaltar que de todo lo expresado el personaje mas importante y el valor mas saliente es nuestro capitán. Debemos tener uno que sepa elegir barco y tripulación, con quienes sale a navegar, pero también cuando salir y cuando no. este personaje es la variable de éxito en nuestra ecuación, que pueden salir cosas mal o este hombre equivocarse: PORSUPUESTO QUE PASARA,  pero el lo minimizara.

Teniendo en cuenta el impacto que apostamos que tendrá (salvo que contrates al Messi de esto) esta persona en: la operación, la empresa, el negocio, los equipos de RRHH, debemos elegir muy bien e invertir lo que se necesita para alcanzar el éxito en nuestra odisea por el río. 

Autor: Fabio Navarro